El sector asegurador chileno vive una transformación silenciosa pero profunda. Mientras los conductores buscan cada vez más opciones digitales para contratar sus pólizas, las compañías innovan con coberturas que hace cinco años parecían ciencia ficción. Desde seguros por kilómetro recorrido hasta pólizas que se activan por horas, el mercado se diversifica a un ritmo acelerado.
La pandemia aceleró procesos que venían gestándose lentamente. Las aseguradoras que antes dependían de agentes y sucursales físicas tuvieron que reinventar sus modelos de venta casi de la noche a la mañana. Hoy, plataformas digitales permiten comparar precios, contratar pólizas y gestionar siniestros desde el celular, un cambio que llegó para quedarse.
Pero no todo es tecnología. Los chilenos están demandando coberturas más específicas y personalizadas. El seguro contra granizo, por ejemplo, ha visto un aumento del 30% en su contratación durante el último año, especialmente en regiones donde las tormentas de verano se han vuelto más intensas. Los seguros para vehículos eléctricos también ganan terreno, aunque aún representan menos del 5% del mercado total.
La regulación juega un papel clave en esta evolución. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) ha emitido nuevas normativas que obligan a las aseguradoras a ser más transparentes en sus cláusulas y condiciones. Esto ha generado que muchas compañías simplifiquen sus pólizas, eliminando tecnicismos que confundían a los clientes.
El factor económico no puede ignorarse. Con la inflación en niveles históricos, muchos chilenos están reevaluando sus gastos en seguros. Algunos optan por reducir coberturas, mientras que otros buscan deducibles más altos para abaratar las primas. Esta tendencia ha llevado a las aseguradoras a crear productos más flexibles que se adapten a diferentes realidades económicas.
Las startups insurtech están revolucionando el sector. Empresas como Betterfly y Xepelin han ingresado al mercado con modelos basados en big data y inteligencia artificial, ofreciendo precios más competitivos y procesos más ágiles. Su crecimiento ha obligado a las aseguradoras tradicionales a modernizarse o risk perder cuota de mercado.
La siniestralidad también cambia. Los robos de autos han disminuido en Santiago pero aumentado en regiones, lo que ha llevado a un reajuste de las primas según la ubicación geográfica. Por otro lado, los accidentes por distracción con celulares han aumentado un 40% desde 2020, un dato que las aseguradoras están incorporando en sus cálculos de riesgo.
El futuro del seguro de auto en Chile parece dirigirse hacia la hiperpersonalización. Sensores en los vehículos, apps que monitorean la conducción y sistemas de pago por uso serán cada vez más comunes. Las aseguradoras que logren combinar tecnología con un trato humano diferenciado serán las que lideren el mercado en los próximos años.
Mientras tanto, los consumidores chilenos tienen más opciones que nunca, pero también más responsabilidad al momento de elegir. Leer las cláusulas, comparar precios y entender las exclusiones se ha vuelto fundamental en un mercado cada vez más complejo pero también más transparente.
El mercado de seguros de auto en Chile: entre la digitalización y las nuevas coberturas